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10 may 2010

Nuevo concurso!

Hola a todos! Bueno todos sabeis que soy una apasionada de Hollywood y todo lo relacionado con las estrellas, por eso mi blog. Y bueno, quería informaros de lo que me está haciendo escribir en este momento en el que tendría que estar continuando mis historias y todo lo relacionado con mi imaginación pero quiero que todos vsotros sepais de lo que estoy hablando.

Todos conoceis a Uma Thurman ¿verdad? Pues bien, en estos momentos ella es la imagen de una nueva fragancia: el perfume delicado y femenino "Ange ou Démon Le Secret" de Givenchy.

Y bueno, ahora viene lo interesante de todo esto: Uma Thurman y Ange ou Démon Le Secret de Givenchy te invitan a un concurso fácil y divertido con el que conseguir puntos para lograr el premio final: ¡UN VIAJE A LOS ÁNGELES! Si, si un viaje a la ciudad de las estrellas. Es decir, mi sueño hecho realidad. Para entrar en el concurso sólo teneis que seguir el enlace del título de la entrada o directamente pulsar el enlace --> http://www.elsecretodegivenchy.com/

Gracias a Givenchy, Uma Thurman y el perfume delicado y femenino "Ange ou Démon Le Secret" podeis ganar un viaje para 2 personas a Los Ángeles. Vamos, ¿a qué esperais? Entrad y conseguir puntos gracias a Uma Thurman y la nueva fragancia: el perfume delicado y femenino "Ange ou Démon Le Secret". ¡Ánimo!

26 feb 2010

Hola de nuevo! :)

Hola ¿que tal? Siento haber dejado esto totalmente apartado de mi vida pero han pasado tantas cosas durante estos últimos 10 meses que me he olvidado de lo que de verdad me gusta hacer: ESCRIBIR...


Por ello os dejo un banner de mi página del concurso: "STAR AMBASSADOR: Sé el embajador de Taylor Lautner."






Bueno y también os dejo con una pequeña historia que me inventé cuando dejé la natación...


se acabó el sueño...

Después de 16 años viviendo para ti, mi sueño se desmadra, se viene abajo, te dejo...

No quiero dejarte pero ya no puedo más. Me cuesta muchísimo elegir si estar contigo o quedarme aprovechando el tiempo en algo que decidirá mi vida.

Mi vida rondaba a tu alrededor, mis horarios, mis amigos, las fiestas... TODO estaba ajustado a tus horarios tan absurdos para muchos y tan deseados por mi. Crei que no podria vivir sin ti pero ahora se que DEBO dejarte para poder saber que quiero hacer. Debo aprovechar este año, darlo todo, todo lo que daba en ti, hacerlo igual sentada en una silla frente a un montón de libros...

A lo mejor lo que necesito es un tiempo de tranquilidad, de pensar en ti como algo perdido, echarte de menos, y me entrarán ganas de volver a estar contigo, pero hasta entonces debo olvidarme de ti por un tiempo...

Lo siento pero debo aprender a valorar mi vida, mis estudios son mas importantes que tu misma...

Lo siento aún más por toda esa gente que, como yo, comparte ese amor por ti, esas ganas de seguir luchando para manteneros a la vida diaria y a ti a flote...

A todos los que quedan, que todavía creen en ti, sólo les puedo decir que sigan creyendo, que eres lo mejor de nuestra vida, esa vida dedicada al esfuerzo, a la disciplina, a un duro entrenamiento...

Y a los que como yo, quieren dejarlo o ya lo han hecho, que aprovechen su vida pero que nunca se olviden de ti, y de esos años pasados por y para ti...

Pero para mi ya es muy dificil. Todo lo que puedo decir es que te echaré de menos. Has sido mi vida durante estos 16 años que este mes acabas de cumplir en mi vida.

Lo has sido TODO, natación...



Bueno, espero que os guste y también espero seguir con la historia de Ruth y Hugo... Chao!
Buscando estrellas...

8 abr 2009

El secreto...


Terminaron las clases y Hugo y Ruth salieron del centro con un numeroso grupo de jóvenes tras ellos. Llegaron al lugar dónde Hugo había aparcado su moto e hizo que la chica se pusiera un casco de repuesto que llevaba.

-Eh… Todavía no has respondido a ninguna de mis preguntas… ¿Por qué siempre pareces no ser humana? Eres tan perfecta, Ruth…-Hugo le dijo esto una vez le colocó el casco correctamente a Ruth, ya que no quería que nadie más escuchara lo que la joven tuviera que decirle.

-Porque…no soy humana. No completamente al menos-Ruth estaba algo aterrada con la idea de revelar su secreto, pero Hugo tenía algo que la hacía estar segura de todo lo que debía decir.-Verás… En mi familia hay algo que está mal, algo en nuestros genes que no debería estar ahí. Cuando una niña nace en mi familia ella no es como las demás niñas…es…hermosa. Un “hada”, como en los cuentos. Y los chicos se hacen llamar “buscadores de estrellas” ya que son los encargados de buscar las estrellas que nos mantienen con vida.

-¿Eres un hada? ¿Quiere decir eso que no podemos ser amigos?-Hugo estaba atando los cabos equivocados y Ruth se apresuró a contarle más sobre sus genes.

-No, bueno sí…Es peligroso que seas amigo mío, sobre todo cuando conozcas a los buscadores de estrellas…-Ruth no quería imaginarse lo que le podía pasar, primero a ella por revelar el secreto, segundo a él, por ser un simple humano…-Pero ya da igual, estamos en las mismas condiciones. Tú ya sabes por qué desaparecí en fin de año y yo te he revelado el secreto familiar… ¿Me acompañarás a casa? Quiero que conozcas a mis padres. Mi madre te va a encantar y mi padre…espero que no haga nada raro…

-Claro, siento que no hay de qué preocuparse cuando estoy contigo.-Hugo no podía creerse que la chica con la que había estado soñando resultara ser un hada y menos aún que necesitara estrellas para seguir existiendo…

Llegaron a la puerta de la casa de Ruth situada en el centro del pueblo, una de las casas más hermosas que había por allí.

-¿Entramos?-Ruth estaba bastante preocupada por lo que pudiera pasarle a Hugo por saber la existencia de su familia.-Todavía estás a tiempo de marcharte…

-No quiero marcharme. Te he estado esperando mucho tiempo como para ahora marcharme por saber lo que eres. No, me quedaré contigo, pase lo que pase.

Ruth asintió, agradecida por el valor del muchacho. Nunca antes había conocido a nadie a quién le importara de verdad y por eso ese joven que la acompañaba sería perfecto para ella. Su padre debería entenderlo…

-¿Papá? ¿Mamá? ¡Ya he vuelto!

-¡Ruth! ¿Qué tal el primer día, tesoro? ¿Pero qué? –Su madre se había dado cuenta de que venía acompañada al llegar junto a su hija.- ¿No vas a presentarme a tu acompañante?

-Sí, claro mamá. Hugo esta es mi madre, Eva. Mamá, este es Hugo. Lo conocí en la fiesta de fin de año y resulta que está en mi clase.

-Me alegro mucho de que ya conozcas a tus compañeros, pero recuerda que a tu padre no le hace gracia que traigas amigos a casa.

-Ya mamá, pero Hugo es diferente. Sabe nuestro secreto…

-¡¡QUÉ!! ¿Ruth que has hecho? Tu padre te va a matar. ¿Sabes lo peligroso que es para un mortal rondar por las tierras en que estemos nosotros? ¿Lo sabes verdad?-Su madre estaba verdaderamente enfadada con la muchacha.

-Sí, pero escúchame por favor. Tengo una teoría acerca de Hugo que quiero comprobar.

-Hola cariño. ¿Qué tal tu primer…? ¿Quién es este chico, Ruth?-El padre de Ruth, un hombre alto y robusto, acababa de entrar al recibidor y se había percatado de la presencia de Hugo.

-Se llama Hugo, es un compañero de mi clase. Quiero comprobar algo… ¿Me das tu permiso y prometes no enfadarte y dejar que luego te lo explique si sale mal?

-Eh… sí, claro pequeña. ¿Pero qué quieres comprobar?

-Muy bien. Gracias papá. Lo comprobaremos esta noche. Vamos Hugo, te acompañaré a casa.

-No hace falta. Voy en moto asique tendrías que volver sola. Te recojo mañana para que me cuentes que es lo que quieres comprobar, y si lo has comprobado.

-Vale, de acuerdo.

Pasó el resto del día como siempre. Pero, después de muchos meses, Hugo volvía a ser el chico alegre que había sido siempre.
"Este es un buen lugar para buscar estrellas..."

6 abr 2009

Presentaciones...


Sonó la campana anunciando el final de la clase y todos los chicos se levantaron precipitadamente para presentarse a la chica nueva mientras que las chicas intentaron mostrarse lo más simpáticas que podían pero lo cierto es que tenían envidia de la belleza de la muchacha, pero sobre todo, la envidia provenía de lo cerca que se encontraba de Hugo.

-Hola, me llamo Max. ¿Qué te trae por este pueblo?-Max era un chico bastante agradable pero cuando se trataba de chicas se convertía en una ventosa.

-Yo soy Carlos. ¿Cuál es tu nombre?-Carlos no tenía nada que diferenciarse de Max, primero porque eran los gemelos del pueblo y segundo, porque era tan pegajoso con las chicas como su hermano.

-Hola a todos. Me llamo Ruth. A mi padre lo han trasladado aquí y, por desgracia, no podían esperar más.-Ruth quería agradar a sus nuevos compañeros pero la mudanza no terminaba de agradarle.

-Bienvenida a Montilla, chica. Ya verás cómo te gusta esto.-Hugo quería animarla, quería decirle tantas cosas, pero sobre todo hacerle todas las preguntas que se le escapaban.

-Gracias, pero creo que me va a gustar más una vez hayamos salido de aquí. Odio ser la novedad.-Ruth le dijo esto a Hugo en un susurro, un susurro que sólo pudo oír él.

“Quiere estar conmigo, lo quiere de verdad”-Hugo estaba emocionado. Había encontrado a la chica, ella quería estar con él y todo ello, en escasamente una hora.

Llegó el comienzo de la siguiente hora y con ella, la profesora de biología.

-Buenos días, profesora. Soy nueva, me llamo Ruth.-Ruth no había hecho ningún ruido al levantarse y caminaba grácilmente por el pasillo de pupitres. Los ojos de todos los alumnos recorrieron su cuerpo memorizando sus curvas. Todos, salvo los de Hugo. Él estaba tan perdido en la idea de pasar el resto del año con la chica que rondaba sus sueños cada noche, que todavía no podía creérselo.

-¡Oh, buenos días! Encantada Ruth. Soy Ana y voy a ser tu profesora de Biología. Espera, tenía un libro por aquí… -La profesora, algo torpe, dispersó su maletín por todo el escritorio pero no encontró lo que buscaba.-Lo siento, no tengo ninguno. Supongo que me lo habré dejado en el departamento. Enseguida vuelvo. Ocupa tu asiento, querida.
La profesora salió del aula mientras Ruth volvía al asiento vacío al lado de Hugo.
-¿La profesora es siempre tan desordenada como hoy?-Ruth parecía algo decepcionada cuando hizo la pregunta, pero Hugo no captó el timbre de su voz, sino que se centró en el sonido.

-Pues… sí, la verdad que sí. Es un pelín torpe. Pero bueno, es bastante buena así que no tienes que preocuparte por nada.

-No, si no me preocupo.

“La que debería preocuparse es ella”-Ruth añadió esa última frase para su subconsciente.
La profesora volvió con dos libros en la mano. Uno lo dejó sobre el montón de cosas desperdigadas en su mesa y el otro se lo entregó a Ruth.
-Bienvenida Ruth.

“Sí, es cierto, es muy buena. Debo acostumbrarme a esto o me volveré loca.”




"Este es un buen lugar para capturar estrellas..."

5 abr 2009

LLamada...

Cada vez estaba más cerca el comienzo del curso. Nuevos libros, nuevos cuadernos… material escolar nuevo. Todo era igual que los años anteriores salvo el hecho de que a Hugo siempre le ha gustado la vuelta al instituto. Pero ese año era diferente. La desaparición de la joven que se había apoderado de su vida seguía presente. Estaba tan obsesionado con ella que se la imaginaba de pie junto a él todas las mañanas cuando se levantaba. A veces creía que se debía a los sueños tan nítidos que tenía. Pero otras veces debía encender la luz para cerciorarse de que ella no estaba en su habitación, que quizás la noche de fin de año se la había imaginado. Pero él tenía pruebas de su existencia: una foto y un número de teléfono. Ella seguía sin contestar a sus llamadas.

El día anterior al comienzo del curso escolar pasó algo que dejó a Hugo sin palabras. Hugo llamó a la muchacha, como todos los días, pero esta vez hubo respuesta.

-¿Si? ¿Quién es?- La dulce voz que Hugo recordaba estaba hablándole, preguntándole. No sabía quién la llamaba.

-Eh… ¿Ruth?-Hugo apenas podía articular palabra. Le había pillado con la guardia baja.

-Sí, soy yo. ¿Quién es?

-Hugo, soy Hugo.

-¡Oh, Hugo! ¿Qué tal te va? ¿Lo has pasado bien este verano? Siento no haber respondido a tus llamadas pero, ¿sabes? Han trasladado a mi padre. Y yo me he tenido que ir con él…

-Ah, vale. Bueno veo que no te ha pasado nada. Estaba preocupado por cómo desapareciste cuando nos conocimos.

-¿Te diste cuenta? No, no quería que te enteraras de esa manera… Lo siento, debí haberte dicho que soy…

-¿Qué eres, qué?

-Eh… nada. Soy perfectamente normal. Tengo que colgar, mudanza. Me alegro de haber hablado contigo. Hasta otro día.

-Adiós Ruth.

Hugo estaba eufórico. Ruth estaba bien, pero se había mudado. Ya no vivía en la capital y tampoco le había dicho dónde estaba. Pero no le importaba. Había oído su voz. Existía de veras. No la había imaginado.



Hugo preparó su material escolar, su blog de dibujo y sus rotuladores. No se separaba de ellos ni un segundo. Todos los dibujos de la muchacha iban con él a todas partes. Se colgó su mochila al hombro, desayunó rápidamente y se marchó no sin antes despedirse alegremente de sus padres. Se montó en su moto, regalo de su cumpleaños que no había utilizado ni una sola vez debido a su preocupación por la joven. Se puso el casco y arrancó. El sonido del motor al rugir le hizo sonreír. Le gustaba ese sonido.

Llegó hasta la puerta del instituto, aparcó la moto y se fue directo a su aula. Ya había algunos chicos hablando y saludando a todos los conocidos. Hugo decidió pasar de los saludos y se sentó en una de las mesas del centro de la clase. Se sentó solo, como siempre, y sacó su blog de dibujo. Admiró uno de sus mejores bocetos de la chica perfecta y decidió que en cuanto llegara a su casa lo pegaría en su corcho de dibujos. Era el último dibujo que había hecho y le encantaba.

Tocó el timbre anunciando que el nuevo curso comenzaba. Hugo se recostó y apoyó su mejilla en la mochila, dándole la espalda a la puerta. El profesor entró en la clase, se presentó y decidió explicar lo que verían en su asignatura. Hugo seguía sin levantar la cabeza de su mochila ya que los sistemas de ecuaciones e inecuaciones se le daban extraordinariamente bien por lo que el repaso que el profesor de matemáticas decidió dar al resto de la clase no le interesó demasiado. Levantó un poco la cabeza, lo justo para poder sacar su blog de dibujo y un par de rotuladores. Empezó a trazar líneas sin sentido aparente pero que después de un par de minutos mostraba unas suaves curvas a modo de caderas vestidas con un precioso vestido. De nuevo estaba dibujándola e imaginándola a su lado, sentada en ese pupitre vacío a su izquierda. Pero eso era imposible. Hugo se había repetido una y otra vez que ella jamás había irrumpido en su vida pero desde el día anterior sabía que existía y su corazón no quería alejarse de esa idea. Su dibujo estaba casi terminado cuando llamaron a la puerta.

-Buenos días, Damián.-Era la directora del centro dirigiéndose al profesor de matemáticas.


Hugo no estaba prestando atención al alboroto producido por los chicos de su clase y mucho menos a los comentarios de envidia de las chicas, ni siquiera estaba mirando hacia delante. Seguía inmerso en su dibujo.

-Damián, siento irrumpir en tu clase, pero te traigo a una nueva alumna. Por su expediente, parece ser bastante buena en matemáticas. Viene de la capital, su padre ha sido trasladado aquí y ella quería seguir estudiando. Te la dejo por aquí.-La directora dirigió una mirada de confianza hacia la muchacha nueva que suspiró y se acercó al profesor quien le tendió un libro y le explicó que el único lugar libre era el pupitre del lado izquierdo de Hugo, que seguía sin levantar la vista de su dibujo.

-Hola, Hugo.-La chica saludó a Hugo como si ya se conocieran mientras dejaba sus cosas en su pupitre, al lado de él.

“No puede ser… es… imposible.”-Hugo conocía esa voz, la había oído antes, quizás en sueños o quizás hacía tan sólo unas horas.-“Es imposible, ella no, no puede ser”.

-Ho…Ho…hola.-Hugo no podía articular palabra. La había encontrado. Ruth, la chica perfecta con la que llevaba soñando casi un año y que había conocido en la noche de fin de año, estaba sentada a su lado.- ¿Qué haces aquí? ¿Han trasladado a tu padre a mi pueblo?

Ella situó suavemente su dedo índice sobre los labios del muchacho indicándole que dejara de preguntar.

-Las preguntas para otro momento, ahora estamos en clase.

-Vale, eso quiere decir que habrá otro momento.

Hugo dejó de hablar y, como llevaba haciendo el cuarto de hora que llevaban de clase, siguió sin atender pero esta vez dejó el rotulador y se pasó el resto de la clase observando a la chica que se sentaba a su lado, memorizando cada movimiento, cada suspiro y cada sonrisa que dibujaba su rostro al percatarse de que Hugo la miraba.

“Álex tenía toda la razón: me he enamorado de ella”.-Ese pensamiento hizo que una sonrisa brotara de la boca del joven.




"Este es un buen lugar para buscar estrellas..."

4 abr 2009

Recuerdos...


Pasaron los días y los meses… Pasaron los días de colegio, la rutina y llegó el final de curso. Hugo seguía muy desanimado. No había parado de llamar a la muchacha, de intentar localizarla. Había hecho varias excursiones a la capital y había buscado a la muchacha por todos los lugares en los que la gente se reunía: discotecas, pubs, restaurantes, bibliotecas, colegios privados… Hasta había buscado en la guía de teléfonos pero en cuanto la abrió se dio cuenta que no sabía su apellido. No había salido de casa desde que volvió de la fiesta de fin de año. Sólo iba al instituto, pero estaba tan aislado del mundo que la gente que compartía habitación con él sentía la tristeza que emanaba su cuerpo. Cuando alguien intentaba animarlo, Hugo se deshacía de ellos. No necesitaba la ayuda de nadie y mucho menos su consuelo. Pero lo que sí necesitaba era saber algo sobre “RUTH”. El nombre de la joven retumbaba en sus oídos. Sus sueños siempre eran iguales…


Una chica rubia, con el pelo recogido pero con unos tirabuzones cayéndole por los hombros…

Unos enormes ojos azul perla…

El dulce tacto de una preciosa mano…

El sabroso olor de su perfume…

Todo era tan real… Parecía que la imagen de la muchacha no quería marcharse nunca de la cabeza de Hugo. Pero él tampoco quería olvidarla.

Una vez acabado el instituto, Hugo se dedicó a dibujar el suave contorno del cuerpo de la joven y su delicado rostro. Hugo tenía un don para el dibujo pero esos perfectos trazos no hacían justicia a la belleza de la persona en quien estaban inspirados.

Estuvo todo el verano dibujándola: de perfil, de frente y de espalda pero sus dibujos no reflejaban la auténtica belleza que él quería demostrar.

Por mucho que hablara de ella, que la dibujara y soñara con ella, él seguía triste porque no sabía nada de ella. No salió en todo el verano, igual que había hecho durante el resto del año. Esperaría a que el verano terminara pero seguiría llamándola aunque él seguía sin respuesta al otro lado. Pero seguiría dibujándola, aunque sus dibujos no reflejaran lo bella que era. Y seguiría soñando con ella, porque su corazón no quería olvidarla y los sueños reflejan los deseos del corazón…

Pasó el mes de julio sin nada más que dibujos y sueños de la muchacha. También pasó agosto, exactamente igual. Y llegó septiembre, el mes en el que empezaba el último año de instituto. El año en el que se jugaba poder estudiar lo que él quería o conformarse con algo de un nivel más bajo. El examen de acceso a la universidad se acercaba y tenía que centrarse en el instituto más que nunca. Sería difícil, pero conseguiría sacar buenas notas aunque no estuviera centrado. Era un chico muy inteligente.



"Este es un buen lugar para buscar estrellas..."

3 abr 2009

Desaparición...


La noche trascurrió lenta, demasiado lenta quizás. Aunque tan sólo quedaran un par de horas para volver a casa, Hugo se quedó fuera, sentado en un sucio banco apostado en la fría noche del uno de enero. El año nuevo había comenzado bien para él, pero se había ido al traste en tan sólo unas horas. Había conocido a la chica con la que había soñado toda su vida y en un abrir y cerrar de ojos se había esfumado, sin más.
“¿Qué he hecho? ¿Cómo he podido dejarla escapar? Si pudiera decirle que no quería que se fuera… ¡EL MÓVIL!”-Hugo sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón y marcó el número de la muchacha. Se puso el auricular cerca de su oreja y esperó. Un pitido… Dos… y un tercero pero ninguna respuesta al otro lado.
Hugo estaba muy preocupado por lo que pudiera haber pensado esa chica, pero lo que menos pretendía era herirla.
El tiempo pasó demasiado lento bajo los pensamientos de Hugo que le costó reaccionar cuando Álex salió a las siete de la mañana de la fiesta y se sentó junto a Hugo. Álex zarandeó al joven para que bajara de su mundo y pusiera los pies en la Tierra.
-¡Pequeñín! ¿Te lo has pasado bien esta noche? –Álex estaba gritando, el alto volumen de la música había afectado a sus tímpanos por lo que inconscientemente elevaba la voz más de lo normal.
-¡Eh! ¡Baja el tono, tío! Parece que te has tragado un altavoz.-Hugo estaba cada vez más centrado en el resto del mundo pero todavía veía esos perfectos ojos claros…-Pues… Álex he conocido a la chica perfecta.
-¡Oh, tío, eso es genial!-Álex estaba que se subía por las paredes. Su primo había encontrado a la chica que tanta falta le hacía.
-No te alegres tanto.-Hugo le mostró un resquicio de la ansiedad que sentía, lo suficiente para que su primo supiera lo que había ocurrido sin necesidad de hablar más.
-La has dejado escapar…-Era una afirmación.
Hugo ya sabía que su primo reaccionaría así pero su principal preocupación era la desaparición de la muchacha.
-Todo era perfecto. Ella era la perfecta. El mundo no existía a mi alrededor, sólo ella.-Hugo sabía que su primo no se burlaría de él, sino que lo apoyaría.
-Oh, oh… primo… te has enamorado. Por la forma en que hablas parece que te ha llegado bastante dentro…
-No sabes cuánto. Sé que es muy cursi pero cuando fui a explicarle lo que sentía por ella se separó de mí y se marchó. Desapareció sin más… La he estado llamando al móvil pero nadie responde al otro lado.
Iban caminando hacia el autobús que los llevaría de vuelta cuando se encontraron frente a él. Subieron y ocuparon unos asientos vacíos hacia la mitad del automóvil.
-Bueno Hugo… Como tu mejor amigo, he de decirte que la olvides, que hay muchas más chicas en el mundo y que todas son hermosas cuando les dedicas un tiempo. Pero también es verdad, que si te has enamorado, te va a costar olvidarla.Álex intentó animar a su primo pero no lo consiguió. Hugo siguió igual de desanimado y desconcertado como cuando lo había encontrado en el banco.



"Este es un buen lugar para buscar estrellas..."